Observando factores que influyen en el éxito de los equipos de alto rendimiento, identificamos que en todos ellos aparece un punto clave en común: la gestión de equipo del entrenador profesional.

En el futbol, hay muchos tipos de entrenadores: muy diferentes en cuanto a personalidad, metodología, forma de relacionarse con sus jugadores, modelo de juego, etc. Hemos visto ganar a entrenadores con estilos muy distintos, pero hay algo que tienen en común todos ellos: la capacidad de liderar y gestionar el grupo de manera excepcional.

Por lo tanto, tener buenas habilidades de liderazgo y gestión de equipo será una de las claves del éxitos para un entrenador en alto rendimiento.

¿Por qué es tan importante?

Dentro de una plantilla de 25 jugadores, nos encontramos que todos tienen:

• Caracteres y objetivos diferentes.
• Diferencias salariales
• Diferencias de roles y minutos de participación
• Una vida social que afecta a su estado de ánimo y a su estado físico de manera irremediable.
• Una directiva por encima del entrenador que puede intentar influir en quien o cómo debe jugar el equipo
• Etc.

Son tantos los factores que afectan al día a día de un equipo, que el entrenador debe tener un máster en el tema sin ninguna duda.

¿Cuáles son los aspectos clave en la gestión de un equipo profesional?

Creación de objetivos comunes

Debemos encontrar puntos en común, vínculos entre los jugadores que sirvan de enlace y sea el motor compartido de todos los jugadores implicados. No a largo plazo, sino repetidos en el tiempo, que puedan ser evaluados constantemente y ver si vamos con buen rumbo o no. Si remamos, remamos en la misma dirección. Si algún integrante no cree lo más mínimo en el objetivo común, no puede formar parte de la plantilla.

Generar identidad del equipo

Un ejercicio muy útil que podemos hacer para generar identidad es pedir a los jugadores cómo seria su equipo ideal, y qué admira de un entrenador. A partir de esto, debemos identificar los valores que salen de ahí, para luego en situaciones del día a día donde sea necesario fijar unas normas o conductas requeridas, tengan concordancia con esos valores del equipo.

Como por ejemplo: ¿Qué hacer si un jugador llega tarde al entrenamiento? ¿Cómo actuar con un jugador que expulsan de manera innecesaria? Esos valores van a ser los pilares del equipo, y todas las actuaciones y decisiones dentro del grupo deben respetar y responder a esos valores. El entrenador debe dar ejemplo mostrando siempre esos valores.

Fijar roles y vías de comunicación dentro del grupo

Es de básica importancia gestionar los roles principales dentro del equipo, para que nos ayuden con esa gestión del grupo. Desde los capitanes, asistentes técnicos y fisios, hasta los jugadores encargados de animar al equipo en malos momentos, los encargados de organizar cenas, etc.

Es imprescindible que todos ellos sepan cuál es su función (todas importantes), y que las vías de comunicación con el entrenador tengan diferentes filtros. Los jugadores deben saber a quien y como dirigirse a esa persona en función de lo que deba transmitir. Siempre dando lugar a que los jugadores se expresen, y no se guarden para ellos inquietudes ni dudas que puedan convertirse en malestar o malos entendimientos entre las personas implicadas.